Las promociones de “cuotas sin intereses” se han convertido en una estrategia frecuente de ventas. Aparecen en electrodomésticos, celulares, ropa y hasta comida. A simple vista, parece la oportunidad perfecta para adquirir lo que necesitas sin pagar de más. Pero ¿realmente es una buena decisión financiera?
Son pagos fraccionados de una compra que no te cobran intereses adicionales si cumples con las condiciones del emisor de la tarjeta. En teoría, pagas el mismo precio total que si pagaras al contado, solo que en partes.
Porque reduce el impacto inmediato en tu bolsillo. Si algo cuesta $300 y puedes pagarlo en 6 cuotas de $50, sientes que es más accesible. Además, muchas personas aprovechan esta opción para adquirir productos de mayor valor.
Aunque no hay intereses explícitos, existen riesgos:
Comprometes tu cupo de crédito: Afecta tu capacidad para enfrentar emergencias o aprovechar nuevas oportunidades.
Puedes caer en sobreendeudamiento: Es fácil acumular varias compras “pequeñas” y luego no poder cubrir todas las cuotas.
Pagos mínimos engañosos: Si no pagas el total mensual, podrías terminar pagando intereses en el resto de tu tarjeta.
Comprar en cuotas sin intereses puede ser una herramienta útil si la usas con conciencia. El problema no es el sistema, sino cómo lo manejas. Tu mejor defensa financiera siempre será la planificación, no la promoción.
